sábado, 6 de agosto de 2016

Inaugurados Juegos Olímpicos 2016 que la población de Brasil y el mundo en crisis merecen celebrar y precisamente allí como llamada a la sensatez y hermandad de toda la Humanidad










Es bien sabido que nosotros no hemos sido partidarios DE CONVERTIR una sana competición para pregonar los valores humanos de la abnegación y sacrificios cotidianos orientados hacia una finalidad de noble superación propia en entrañable RESPETO Y FRATERNIDAD con otros honestos competidores para reconocimiento y premio público de los mejores,… convertirla, decimos, EN MERO  pretexto del miserable ‘negocio’ de COMERCIO con la vida y salud  --incluso--  DE PERSONAS a quienes se entrena exclusivamente en ‘rivalizar’ (EN VEZ DE ‘en complementarse’ en la SOLIDARIDAD UNIVERSAL que nos es exigida por nuestra condición ontológica)…  y  --además--  para enriquecimiento de los ‘unos pocos’ que organizan y rigen el cotarro ‘populista’ tan del corte de los viejos y sádicos Circos Romanos o de los modernos ‘prostíbulos’ de ruin explotación de admirables estéticas…

Nos remitimos a lo publicado aquí con ocasión de las pasadas Olimpiadas en Londres 2012:


Pero en esta ocasión  --y sabio es saber hacer distingos--  nos congratula sobremanera apreciar los actuales Juegos Olímpicos de Río de muy diversa manera:  la de poder  --y deber--  ser, en vez de un
vulgar montaje de negocio  --‘tanto invierto’ cuanto ‘tanto ganaré’ con ello en el futuro--, un sonoro aldabonazo de ¡justamente! lo contrario a eso: la llamada de atención que no todo es ‘ganar por ganar’ (¡en todo sentido, además!), sino de competir en querer ser los mejores en ¡abrazarnos todos, los unos con los otros --¡todos pueblos, todas razas y religiones, todos países!--  para demostrarnos cabalmente que creemos y practicamos esa ‘SOLIDARIDAD UNIVERSAL’ que más arriba ya hemos citado!.

Y ¡en qué mejor sitio y escenario que bajo los brazos abiertos del Corazón que nos llama a esto, en una ciudad que ya fue sede de Jornadas Mundiales para promover la Protección del Medio Ambiente, y donde tanto se evidencia que ¡es imprescindible la hermandad entre las personas y de éstas con el planeta en que vivimos!!

Por eso, nos han parecido unos magníficos pero austeros actos inaugurales, donde el protagonismo lo han tenido las personas apretadas en una piña de ilusión y de esperanza sobre tantos riesgos, y la defensa y regeneración del medio ambiente planetario… que es el mejor y mayor tesoro que se nos ha dado y tenemos que conservar y devolver incluso perfeccionado…

¡Bien por Brasil! ¡Bien en esta ocasión! ¡Sin despilfarros ni estúpidas ostentaciones (de hasta ‘agentes secretos’ con ‘licencia para matar’: ¡qué enorme disparate, tan contrario al espíritu olímpico!), sino lo justo y proporcionado para dar vitola al mensaje propugnado!


Dr. Fernando Enebral Casares


  


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