Este 8 de diciembre
apareció la --por lo visto-- meteoróloga de TVE Isabel Zubiaurre
entrevistada en el noticiero y diciendo literalmente que “hace 40 años el patrón atmosférico se
comporta de un modo muy parecido al actual: aunque la atmósfera cambia
constantemente, guarda una serie de características comunes que … pasan décadas
y décadas, y siguen siendo las mismas…” Y eso vino a decirlo, casualmente, en vísperas de la formación rápida y violenta de una
borrasca que, por esas dos ‘características’ --por repetir palabra que ella decía-- que NO son --casualmente-- habituales pero que… ‘ahora’, en cambio, se sospecha que pueden
‘empezar‘ a serlo (y por eso es ‘ahora’ cuando ’empezarán’ a ponerles nombres
propios a las de cada año, cual se hace con los ciclones tropicales), se ha dado en llamarla ‘Ana’.
Es decir: que hace 40
años --a los que aludió Zubiaurre--,
jamás --casualmente-- se daban este tipo de borrascas que ahora, en cambio, se esperan
que se sucedan a troche y moche…
Y ¿acaso esto es lo
que --casualmente, desde luego-- nos
vino a decir la insigne --y ‘nueva’, por
cierto, en lides televisivas--
meteoróloga I.Z., de TVE? Porque parece que ‘el clima’ ha venido a desdecirla… ¡en
seguida!
Ha sido, pues, tan
mal momento el escogido por Zubiaurre para sentenciar que “el patrón
atmosférico [de hace 40 años] se
comporta de un modo muy parecido al actual”, que cualquiera diría
que, una de dos: o es que es tan joven que no sabe qué pasaba hace 40
años (o antes); o es que ha sido un ‘fichaje
exprés’ de Trump de cara a la cumbre
ayer
en París sobre el cambio climático, para
hacerla ‘negacionista’ del holocausto climático al que
el bueno de Donald (no, ‘el Pato’ que
tanto nos divertía, sino quizá ‘el Pato…so
Donald’ que tanto nos preocupa) nos quiere
condenar…
Pues no será por ende
ocioso, visto lo visto, recordar (figura 1)
nuestro blog del pasado 4 de junio:
y que tentados
estuvimos de reiterarlo cuando el más reciente pasado 14 de octubre el
nacimiento y posterior trayectoria del huracán Ofelia (figura 2) en
nuestra latitud atlántica volvía a poner sobre el tapete una muestra indubitable
del ‘cambio climático’ que YA
estamos padeciendo…
Como esto de ahora, con ‘Ana´: peculiar ‘gota fría’ que ha desatado tan sui géneris ‘borrasca’ (figura 3),
y que parece confirmarnos ¡exactamente lo contrario! de
eso de que “pasan décadas y décadas
y… ¡todo sigue igual!”, que nos
decía Isabel,… (recordándonos con eso, por cierto, aquel “la vida sigue igual” que nos cantaba
Julio Iglesias).
Pues no, señor@s
ilustres meteorólogos. No hagan como me hizo Ignacio Font hace 40 años, cuando
advertí del inevitable ‘cambio climático’ (figura 1), y él con sorna lo
negaba chanceándose… ¡para luego escribir él un libro, poco después, ¡sumándose
a mis tesis! (pero ¡sin citarme…!)!
La explicación que les dí a l@s señor@s
meteorólogos ya hace más de 40 años, y que ahora los acontecimientos me
confirman, es la siguiente (a ver si
también Al Gore se entera de una vez…):
Antes, la mezcla de aire cálido
ecuatorial, con el frío polar, se hacía mediante las ‘arrugas’ (rizos) que
producía el rozamiento Oeste-Este (por la rotación de la Tierra) de ambas masas
entre sí (figura
4). Cizalladura causada porque el aire frío del Polo (que pesa más)
se resiste más a ser movido que el más caliente del Ecuador (más ligero),
además de, al estar ya en casquete de menor circunferencia, también tiene que
recorrer menos tramo en cada giro: de modo que el más frío va por
eso ‘más despacio’ y se queda como ‘rezagado’ (avanzando ‘por detrás’) del otro (figuras 5 y 6, en el hemisferio Norte).
Éste era, estimada Zubiaurre, ‘el patrón de
siempre’: un rosario de pequeños rizos (figura 4) que se deslizaban a la altura, más o menos, del paralelo 40-50 del
Globo. Pero que hoy YA no funciona así.
Ahora el patrón HA CAMBIADO, y el que impera es el
de grandes remolinos (figura 7) que llevan el aire caliente mediante
¡grandes recorridos! desde el Ecuador al polo,… y viceversa (figura 3).
Es entonces --ahora--
cuando (v.gr.) el aire frío polar se ‘escurre’ hacia el Ecuador (figuras 8 y 9). Y como pesa más, se ‘mete por debajo’ del
que va encontrando… Al que ‘voltea’ hacia arriba (figura 5).
Al suceder este
movimiento convectivo (del suelo al cielo), la rotación de la Tierra lo
desvía,.. Y por eso sube en forma de ‘embudo’
(con la parte estrecha tocando tierra), en vez de hacerlo en línea vertical.
Entonces, al irse expandiendo
de abajo a arriba, se enfría (según
ley termodinámica). Y es cuando condensa el vapor que contiene, y llueve.
Y si todo esto sucede
muy rápidamente (porque la lengua de
aire frío es grande y, además, está a mucha menos temperatura que la del
Ecuador), entonces es cuando estamos ante un fenómeno
‘simétrico’ (pero opuesto) al que
forman los huracanes (figura 1);
pero que puede ser ‘casi’ tan violento como ellos.
En efecto: en los huracanes (también llamados ciclones o tifones),
los vientos de ‘giro’ alrededor del embudo llegan a 250 km/hora; en tanto que
en las borrascas --conforme acabamos de
comprobar-- no pasan de 150.
Y es fenómeno ‘simétrico pero opuesto’ porque en los
huracanes se está produciendo una
‘subida’ (por el centro del embudo) de aire muy recalentado y lleno de vapor (figura 1);
mientras que en las borrascas ‘explosivas’ es aire muy frío el que ‘se desploma’ por el eje del embudo, dejando una suerte de
‘vacío’ (baja barométrica) por
arriba: ‘hoyo en altura’ que
es el que pretende rellenar, desde los costados hacia el centro, el aire que asciende por la periferia del embudo (al
ser desplazado por el frío que baja por el
eje).
En los ciclones
tropicales (como el Ofelia, arriba citado), el ‘vacío’ se produce, en
cambio, por abajo del ‘surtidor’ de aire caliente que… se
desparrama conforme va ascendiendo: y
el desparrame es lo que representa una ‘expansión’
que condensa lluvia torrencial
alrededor del ‘ojo’ del huracán (que se mantiene en calma y sequía).
No sé, en fin, si me
habré explicado bien. Pero, por último, disentir con que la línea de nubes que
mostraba el Meteosat fuese imagen de ‘la
corriente en chorro’ cuasi-estratosférica: esta ‘corriente’ es ¡otra
historia! de la que, si acaso, hablaré
otro día (véase,
en figura 10). Pero que NO se ‘ve’ mediante bandas nubosas en el Meteosat… (La cosa va
por otras historias…)
El caso es, en fin,
que como demostración resumida de que la circulación atmosférica
(meteorológica) cursa ‘ahora’, más bien, con grandes espirales (figura 7) en vez de con cadenas de pequeños rizos (figura 4), ha venido ‘Ana’,
con su gran remolino (figura 11), a confirmar que la mezcla del aire polar con
el ecuatorial YA NO se hace mediante ‘suave y constante’ régimen laminar (figura 4), sino con grandes ‘turbulencias’
que mediante duras sequías y posteriores
episodios de lluvias torrenciales, meten el calor ecuatorial hasta el mismísimo
Polo, y la gelidez de éste... hasta bien abajo (figuras 3 y 12).
La ‘rueda’ de dientes fríos que ‘antes’ (figura 13) movía desde los Polos --acompasada como noria de molino-- la atmósfera para mezclarla (figura 10), ya ha pasado a mejor vida, estimada Zubiaurre. Se lo ha mostrado bien a las
claras la visita de ‘Ana’ (figuras 3, 8 y 9). Así que no se deje embaucar por el ignorante Trump, y no nos venga con que el patrón atmosférico es ahora como el de hace
40 años… No cuela.
NB.- En la festividad
de Santa Lucía (para que nos conserve la vista…)
Fuente de las figuras:
1,5,10 y 13: propia
3: modificada de
https://www.iberomet.com/es/eltiempo/ultima-hora-de-la-ciclogenesis-explosiva-que-consecuencias-puede-tener
8,9,11 y 12: tomado de TVE-1
Prof. Dr.
Fernando Enebral Casares
No hay comentarios:
Publicar un comentario